martes, 8 de mayo de 2012

Corazón: Cuatro palabras.


Me han sentado como una gran jarra de agua fría, helada. Las palabras se deslizan por mi melena cobriza cayendo sobre mi cuerpo, empapándome en su verdad y sufrimiento. Estoy destrozada, pero a la vez, estoy extrañamente feliz.

Es curioso comprobar cómo son los buenos momentos los que acuden a mi memoria mientras mi mente se esfuerza por digerir esas cuatro simples palabras. Recuerdo el primer día que te vi, tus ojos anegados en lágrimas, pero con una sonrisa radiante en el rostro, como si ese día fuera el más feliz de tu vida por mucho que tus ojos lo negaran. Meses más tarde me enteré de qué te había ocurrido aquel día y comprendí que fue el peor de toda tu vida, pero yo por aquel entonces no sabía nada de ti y ni siquiera crucé una palabra contigo por miedo a no saber cómo ayudarte. Nos encontraríamos varias veces más hasta que pudiéramos mantener una conversación y no fue hasta 49 encuentros después del primero cuando nos dimos nuestro primer beso. Todo contigo era como un sueño hecho realidad, como si el amor de las películas fuera real. Ahora comprendo que nada puede ser tan perfecto, siempre tiene que haber algo que lo acabe echando todo por tierra, pero quizás es demasiado tarde para haberse dado cuenta.

El sol acaricia mi pálida piel y yo sigo sin comprender del todo el significado de lo que me has dicho. Quizás lo que más me duela sea que me lo has dicho con la misma expresión de siempre en tu rostro, lo que me ha hecho asegurarme de que era real y, todo lo que hemos pasado hasta ahora, una complicada mentira. Ya te has ido, pero aún recuerdo cómo me has mirado a los ojos, te has acercado lentamente a mi y me has susurrado al oido con tu voz más dulce y melosa: “El amor no existe”.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Razón: Nada & Infinito


La Nada y el Infinito comparten más atributos de los que nadie pudiera imaginar a simple vista:

Ambos conceptos son imposibles de asimilar para la mente humana, ya que nadie puede imaginarse nunca ninguno de los dos. ¿Que usted si que puede? Bien, cuando piensa en la Nada, ¿qué imagina? Existen dos respuestas obvias: o bien usted está imaginando un espacio blanco en su totalidad o por otro lado, ese espacio es negro. Claro está, no se ha acercado a la esencia de la Nada mucho más que si se hubiese pintado el espacio de rojo sangre o amarillo chillón. Puesto que no deja de ser un espacio de un color determinado y por lo tanto es algo o, dicho de otra forma: no es Nada.

En cuanto al Infinito es más sencillo de explicar que nuestra mente no pueda comprenderlo. Seguramente esté imaginando algo muy grande (el universo con millones de estrellas tal vez), pero por muy grande que sea, siempre puede serlo un poquito más, ¿verdad? Ahora bien, este nuevo espacio es más grande que el que usted había considerado al principio, de lo que se deduce que el primero no era infinito y por lo tanto, el segundo tampoco, ya que puede haber otro mayor. También puede recurrir a “los infinitos puntos de una recta”. Bien, usted quiere creer que hay infinitos puntos, puesto que eso es lo que le enseñaron en la escuela, pero, ¿realmente tiene la imagen de esos infinitos puntos? La respuesta es no, como en el supuesto anterior, siempre podrá imaginar más puntos, por lo que ninguna cantidad que su mente pueda crear, será infinita.

Este simple hecho es el que nos impide a los humanos dar una respuesta apropiada a la pregunta de: ¿cómo empezó todo? Puesto que si supiéramos a ciencia cierta lo que implican la Nada y el Infinito, podríamos saber cómo se pudo crear el universo (Infinito) a partir del vacío (Nada) o, según la otra posible teoría, cómo es que algo Infinito ha existido siempre (aunque esta posibilidad conlleva otro concepto aún más difícil de manejar por la mente humana: el tiempo).  Tal vez nuestra imposibilidad de contestar a esa gran pregunta, sea debido a que nuestra mente imperfecta no consigue asimilar los términos.

O, quién sabe, quizás no existan la Nada ni el Infinito y sean simples conceptos que hemos creado para satisfacer nuestra ignorancia.