martes, 24 de noviembre de 2015

Gracias

Hacía mucho que no te dedicaba unas palabras y es algo que debería hacer más a menudo. Porque tú me enseñaste el placer por ellas, por zambullirme en páginas escritas y más tarde descubriendo lo que se sentía al ser el creador de algunas de ellas. He sacado muchas cosas de ti, pero sin duda el amor por las palabras es algo que siempre nos unirá y que me alegro que compartamos.

Te escribo estas palabras para pedirte perdón por todo aquello que he podido hacer mal en estos últimos años, que sé que es mucho. No puedo cambiar lo que hice, pero sí puedo intentar no repetirlo en un futuro. Ahora lo veo todo desde otra perspectiva y sé que siempre me apoyaste aunque mi egoísmo no me dejara ver más allá de mí mismo. Pero siempre estuviste ahí, sobre todo cuando menos lo merecía y no importa las veces que te decepcionara que siempre volvías a confiar en mí, aún cuando ni yo mismo soy capaz de hacerlo.

Y es que nunca te rindes y eso es una gran lección que he aprendido de ti. Me has enseñado muchas cosas, pero de esto te estaré eternamente agradecido: ahora sé que soy capaz de todo, que simplemente tengo que creer que puedo hacerlo y que no pasará nada ya que los momentos más duros se harán llevaderos porque podré vivirlos a tu lado.

Gracias por darme la vida y hacerme como soy.

domingo, 23 de agosto de 2015

Renacer

Hacía mucho que mis dedos no aferraban un bolígrafo con la suficiente fuerza como para deslizarlo con firmeza por las hojas de un cuaderno y acabar constituyendo una historia. Es una sensación extraña volver a sentir la tinta creando palabras y escuchar el rasgueo de la punta del bolígrafo sobre la superficie del papel.

Ha sido gracias a ella, me ha devuelto tantas cosas a mi vida que no habría tinta en el mundo para agradecérselo. Ella, tan complicada en su sencillez, a la que un día creí haber amado, para después darme cuenta de que no era más amor que el que siento hacia cualquier otra demostración de arte. Que su sonrisa no provocaba atracción física en mí sino felicidad plena, ese tipo de felicidad que sólo se puede obtener de los pequeños placeres de la vida.

Me recordó a ti. Tú que eras otra de esas obras de arte en vida que nos deleitan con sus paseos sobre la tierra. Tú que también me hiciste creer que era amor lo que sentía por ti cuando simplemente disfrutaba con tu presencia. Pero desapareciste de mi vida y yo casi había conseguido olvidarte hasta que ella ha conseguido que vuelvas a mi memoria. Ahora lo veo todo desde otro punto de vista, los años han conseguido borrar la parte humana, emocional, de mi mente y puedo distinguir entre el amor y las musas.

Por eso he decidido volver a escribir, porque necesito volver a sentir todo aquello que sentía cuando escribía para ti. Pero ahora no serás tú la destinataria de mis historias, ya no. A partir de este momento todo aquello que escriba será para mí, para quien empezó a ser todo desde un principio. Porque dejé de disfrutar de lo que escribía y olvidé la verdadera esencia de por qué lo hacía.


Pero también será para ti, querido/a lector/a, porque tengo que estar agradecido de que hayas permanecido ahí tanto tiempo sin noticias mías. Siento haberte hecho esperar, pero he vuelto… y con ganas de provocar en ti emociones que difícilmente serás capaz de explicar con palabras.