martes, 8 de noviembre de 2011

Razón: Blanco

¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que sabéis perfectamente la respuesta a una pregunta pero vuestra mente es incapaz de ordenar las palabras para demostrarlo? Esa sensación de frustración total la llevo sintiendo en mi día a día con mayor frecuencia de la deseable por cualquiera. La gente suele decir que es normal, que a ellos también los pasa: olvidan algunas palabras en los momentos más inoportunos. Pero no es simplemente eso, no es que olvide palabras, si no que mi cerebro se apaga y no consigo decir nada. Es algo que tienes que sentir para saber lo que es, la sensación de absoluta blancura mental, como si no existiera nada ni dentro, ni fuera de mí. El absoluto y total Blanco, como en aquel libro.
Hoy ha sido completamente distinto: hasta ahora me había pasado al pasar mis pensamientos al aire, pero nunca al papel, siempre tenía el recurso de mis escritos, de que fluyeran mis ideas a través de mis dedos sobre el teclado o con un boli Bic entre ellos. Es frustrante que me haya ocurrido en el examen que mejor hubiese hecho si no fuera por ello. Desde antes de entrar sabía que algo iba a ir mal, que no iba a ser mi día, pero no me esperaba nada ni remotamente como esto. He intentado ordenar vagamente algunas palabras, pero no era capaz de enlazarlas correctamente e incluso la dislexia ha llegado a mí, impidiéndome ordenar las propias letras dentro de las palabras, por lo que mis respuestas eran caóticas y vacías de sentido. Ha llegado un punto el que algo ha hecho “clack” en el interior de mi cabeza y no he podido seguir escribiendo, el bolígrafo se negaba a responder en mis manos y no me ha quedado otra opción que, resignado, entregar el examen pidiendo perdón con la mirada.
Yo lo achacaba a mi progresiva pérdida de hábito por la lectura, pero después de que en verano haya hecho las paces con los libros, me sigue ocurriendo demasiado a menudo. Tampoco esta vez es de haber descansado deficientemente, pues he dormido más de lo tengo por normalidad. Es algo totalmente diferente: quizás ha llegado el punto en el que simplemente no puedo más, quizás haya descubierto mi límite, pero, ¿sabéis qué? Pienso superar ese límite, cueste lo que cueste y aunque tenga que dejar muchas cosas atrás.

1 comentario:

  1. yo creo que no tienes límite, que puedes con todo lo que te propongas.

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